El estrés es hoy en día un padecimiento del que pocos pueden escapar. Y es que, el mundo es cada vez más caótico, porque los adelantos tecnológicos aunque parecen estar haciendo más cómoda la vida de los seres humanos, la realidad es que, también ocasionan ansiedad y largas jornadas de horas pantalla, principalmente en internet, para llevar a cabo una gran cantidad de procesos de índole académico o laboral que pueden resultar muy extenuantes.
Esto sumado a las diferentes responsabilidades diarias, usualmente nos va sometiendo a niveles altos de estrés, lo que puede estar perjudicando muy seriamente nuestra salud. Y es que, cuando estamos sumidos en un pico de estrés muy fuerte, esto desencadena a su vez, ataques de pánico, ansiedad o incluso depresión severa.
Ahora bien, un estudio que ha sido publicado en el Journal of Clinical Endocrinology Metabolism ha demostrado que el estrés puede incluso ser mortal, al generar daños fulminantes al corazón. El estudio se encargó de medir los niveles de cortisol, lo cual indica la presencia de estrés en las personas.
Así pues, se ha determinado que la liberación de hormonas en situaciones de intenso estrés, perjudica al organismo a tal punto que, puede alterar la presión arterial, siendo esto el desencadenante de un mortal infarto. Pero, ¿Cómo hizo el respectivo análisis el estudio señalado? ¡Veamos!
Durante la investigación, al dividir los grupos de acuerdo al nivel de cortisol o también llamada la hormona del estrés, se determinó que quienes la tenían en un nivel más alto, eran los más propensos a morir por enfermedades cardiovasculares, pues presentaban un riesgo superior, de hasta 5 veces por encima, de quienes contenían niveles inferiores de la hormona ya mencionada.
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Esto se realizó durante seis años en una muestra de 861 personas cuyas edades sobrepasaban los 65 años de edad. Las muestras de orina se iban tomando a lo largo de las 24 horas del día. Determinando que, las muertes ocurridas a lo largo de esos 6 años, en 183 participantes, ocurrieron en quienes presentaban altos niveles de cortisol, falleciendo por un ataque cardíaco o un ACV (Accidente Cerebro Vascular).