La trágica muerte del mejor amigo de Vicente Fernández que tanto le dolió al Charro de Huentitán

Vicente Fernández tuvo una vida llena de éxitos, reconocimiento, premios, dinero y fama, pero esto también se debió en parte a personas que supieron reconocer su gran talento desde temprano. Uno de ellos fue una famosa voz dentro del regional mexicano, nos referimos a Felipe Arriaga, conocido en el medio como El Cotija.

Felipe fue la primera persona que creyó en Vicente teniendo los recursos para apoyarlo, como de hecho lo hizo. Económicamente lo ayudó a establecerse en la ciudad de México para que Vicente diera sus primeros pasos formales dentro del mundo ranchero.

El cantante, además fue el padrino de Vicente Fernández Jr. apoyando en los gastos médicos cuando el primogénito de Chente, al ser prematuro, requirió de ciertos cuidados. Felipe invitó a Vicente a cantar en su mariachi y la amistad entre ellos se fue volviendo cada vez más sólida. Tanto que se dice que a Doña Cuquita no le agradaba del todo porque eran demasiado cómplices y podían guardarse entre sí muchos secretos.

Ahora bien, Vicente ascendió rápidamente dentro de la industria musical y su talento le empezó a ganar tanto éxito y popularidad que pudo retribuirle a su gran amigo lo que había hecho por él. Don Chente lo invitaba a cantar en sus presentaciones y esto hizo que El Cotija fuese tomado en cuenta para diferentes producciones cinematográficas incluso, compartiendo elenco con el propio Vicente.

Pero un malaventurado día, Felipe se encontraba afuera de su casa con familiares y amigos, viendo una camioneta nueva que se había comprado gracias a su buena suerte, que cada vez le sonreía más, cuando unos sujetos se bajaron de un vehículo y le dispararon con una metralleta. Siendo impactado por cinco balas, el cantante de 51 años murió en el lugar.

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Se dice que esta fue una de las muertes más tristes de las que tuvo que sobreponerse Vicente Fernández, quien siempre recordó a su amigo y compadre, a veces en algunas de sus canciones, pues había cantado a dueto con él en diferentes oportunidades.

Una muerte prematura y triste, que por cierto, nunca se esclareció, manejándose el móvil de ajuste de cuentas.