Hace cuatro días los ojos del mundo estuvieron centrados en Rusia, ya que la primera vacuna contra en Covid19 fue registrada en ese país, y aunque tres proyectos más de vacuna están en las últimas fases de investigación, el panorama de su distribución no es tan cercano como quisiéramos, por lo menos (siendo optimista) dos años se necesitarán para llevar la dosis a todo el mundo.
Mientras tanto, hemos sido testigos de personas que se han contagiado con el virus y han salido adelante con medianas complicaciones; sin embargo, también conocemos gente que lamentablemente ha fallecido, poniendo en la mesa algo que al ser tan obvio se nos escapa de la mente, y es que todos absolutamente todos necesitamos un sistema inmune a prueba de todo.
La vida sedentaria ha quedado atrás junto con el mundo que conocíamos antes del virus. Como una medida prioritaria para fortalecer nuestro sistema inmunológico, a partir de ahora y por el resto de nuestra vida no podemos dejar de pasar ni un solo día sin que hagamos por lo menos 20 minutos de ejercicio.
Nuevos hábitos alimenticios debemos implementar para reforzar nuestras defensas de cualquier virus, infección o enfermedad de manera natural. Afortunadamente contamos con varios alimentos que contienen zinc y vitamina C, tales como el ajo, la cebolla morada o el jengibre.
Mantenerse hidratado es un tema que está tomando auge en esta emergencia sanitaria, ya que a parte de mantener a raya los niveles de estrés y cansancio, pruebas clínicas han arrojado que pacientes que tomaban agua con regularidad antes de contagiarse de Covid19, presentaban mejoras con los tratamientos prescritos comparados con los que beben poca agua.
Las duchas de agua fría por alrededor de 30 segundos tienen un efecto vigorizante en el funcionamiento del cuerpo humano y nuestra psique. Genera una aceleración inmediata del metabolismo en la que empezamos a quemar azúcares y grasas, y al hacerlo activa nuestro sistema inmune.
Dormir es esencial para la salud, solo que se ha discutido cuantas horas de sueño son las recomendables para dormir. Hay voces que están a favor de 8 horas diarias como mínimo, mientras otros apuestan por las horas de descanso efectivas; es decir, las que el cuerpo por sí solo dicta que necesita para descansar; sin embargo, ambas sostienen que las siestas son fundamentales para recargar energía por el día.
Por último y más importante, al saber que el virus se transmite a través de la saliva, el cubrebocas por más molesto que resulte, es el aditamento necesario para cuidarnos los unos a los otros. Me sorprende que políticos y personas públicas hayan subestimado el uso del mismo. Se ha demostrado que, si todos lo usáramos de forma correcta, la medida de aislamiento social no hubiera sido del todo necesaria.
¡No hay que bajar la guardia!