No te convierte en hombre lobo, pero te afecta

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La luna me está afectando más de la cuenta”, quizá es algo que alguna vez alguien te ha comentado algo parecido y lo hemos tomado a manera de broma; sin embargo, científicos se han tomado este asunto muy en serio, y determinados a buscar una respuesta a la pregunta ¿Cuánto nos afecta la luna? Se enfrascaron en investigaciones para dar una respuesta concreta.

Desde 2003 se tiene conocimiento de que la luna influye en el sueño de las personas ya que se demostró que en la fase lunar luna llena los sujetos de estudio dormían entre 5 y 10 minutos más rápido, que la media estudiada en las otras fases lunares.

Y es que durante siglos se ha especulado al respecto, es decir, que se cree firmemente que nuestro satélite natural afecta el comportamiento de los seres humanos, pero solo se han quedado en simples rumores.

Estudios implementados desde 2013 a la fecha han demostrado que las cuatro fases lunares afectan nuestra percepción del tiempo y el espacio, y que tienen relación con 4 neurotransmisores en nuestro cerebro, las cuales son las encargadas de llevar información por la red neuronal.

También se sabe que las fases lunares nos afectan en nuestras emociones y comportamientos, por ejemplo, en luna nueva/cuarto creciente, los sujetos de estudio se mostraron más sensibles y receptivos, ya que está implicado en este proceso la acetilcolina. Por lo que se concluyó, que en esta fase somos más susceptibles a presentar episodios de tristeza, depresión o falta de energía sin razón aparente.

En la fase cuarto creciente/luna llena, la serotonina se ve favorecida regulando rápidamente las funciones del estado de ánimo. En esta fase lunar la concentración y la creatividad se ven favorecidas por lo que los expertos sugieren contar con un espacio apropiado para canalizar nuestro poder reflexivo.

En la siguiente fase Luna llena/Cuarto menguante, los estímulos que producen placer y excitación son mucho más perceptibles. En esta fase la dopamina permite que el cerebro y por ende el cuerpo estén más relajados permitiendo que disfrutemos cada detalle, por más mínimo que parezca.  

 El cerebro reptiliano parcialmente se hace presente en la fase Cuarto Menguante/Luna nueva, en esta según estudios sufrimos una especie de retroceso, donde la noradrenalina hace que entremos en modo de defensa. En ella las personas estudiadas se mostraron más distantes y en estado de alerta la mayor parte del día. 

Así que comprendiendo cómo funcionan estos neurotransmisores a la luz de la luna, podemos sacar mejor provecho de nuestras emociones y con ello de las circunstancias.  

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